Mily.

Cualquiera que lo mire lo verá como un simple gato, un felino que a algunos les gustará más, a otros menos e incluso habrá a quien le provoque alergia tan sólo verlo, pero para mí Mily siempre será la prueba de que un día triste puede convertirse en un día feliz, siempre será la prueba de que en un día en el que quieres que el sol se apague puede llegar alguien con una caja entre sus manos y hacerte sacar la mejor de tus sonrisas. Una sonrisa eterna que aparece siempre que miras a esa pequeña inocencia y travesura
que corretea por tu casa para
hacerte reir y se sienta junto a ti para hacerte compañía en los más solitarios días. Para mi Mily siempre será una prueba de que la palabra amistad existe de verdad por mucho que a veces nos cuente encontrarla.

Todos.

Todo el mundo tiene derecho a tener un buen día, al igual que a tener uno malo, a pasarlo bien y a pasarlo mal, a reir, a llorar, y a las dos cosas a la vez, a pintar su día de color rojo pasión, rosa pastel, verde esperanza, morado amargura o negro dolor...

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